lunes, 21 de junio de 2010

Crónicas de un Soldado Prusiano (tercera entrega)

- Dame mil quientos dólares prusianos en fichas de valor intermedio. - Struchem desató una bolsita de su cinturón y volcó sobre la mesa un copioso montón de monedas.

- Wooff (la apuesta mínima está 50) - dijo poncho, dejando claro que en esta partida no se andaban con chiquitas.

- Subámosla a cien.



El conde de Hungsteienlreichenaft, y el bigotudo general Lichonhoft dieron su aprobación con un gesto. Solamente el gangoso Obispo pareció reticence a aceptar la nueva medida, pero no objetó.

Acto seguido la chica vestida al gusto del obispo sirvió copas, puros, y ciertas substancias ilegales de las que no entraremos en detalles. Comenzó una partida larga e intensa en la que salían manos de caliche elevado y las fichas pasaban rápidamente de unas manos a otras en grandes cantidades. Fué cuando a Struchem le salió un doble par de ases y ochos el momento en que se dió cuenta de que el sucio chucho estaba haciendo trampas. Se levantó empuñando un cuchillo y gritando:

- Bestia inmunda, me la estás dando, devuélveme lo que me has ganado,- solo le quedaban 300 dólares prusianos en fichas.

- Woof woff woof (No quiero rollos, vale?) Wooof (No he estado haciendo trampas) - y calleron dos ases de picas de su manga.

Struchem se avalanzó sobre el maloliente can, cuchillo en mano dispuesto a pincharselo, pero Poncho esquivó con un golpe haciendo caer la mano del soldado sobre el largo bigote de Lichonhofrt y cortándole medio baffo de un tajazo. Se desató la trifulca tabernaria (deporte preferido de Struchem, recordémoslo), El perro golpeó al soldado, que calló al suelo, Lichonfhort sacó una luger modelo antiguo, el conde aficionado al sado cogió un látigo, el Obispo se escondió bajo la mesa y la muchacha vestida al gusto del clérigo se quitó la máscara de cuero y sacó un fusil de debajo de la barra.

No duró mucho la pelea, para disgusto de Struchem, pues nada más empezar se escuchó el silbido y la consiguiente explosión de una bomba fuera de la taberna. Le sucedieron otras tantas, cayendo una en el techo del Club y haciendo enterrar bajo escombros a los contendientes.

CONTINUARÁ

No hay comentarios: