viernes, 30 de julio de 2010

Perry, mitad perro, mitad mendigo


Bien conocida es en Prusia la leyenda de Perry, el perro mendigo.

Se rumorea procede de un cruce entre la conocida familia de cánidos, raza Cocker, Moritz, de Kangsberg, la ciudad más septentrional del Gran Reino Prusiano, y un mendigo procedente de las insurrectas tierras sureñas de Iberia, conocido como "El Boxeador Indomable". Tras haber desafiado y vencido a todos sus enemigos imaginarios a lo largo de las calles de Gades, este corpulento hombre decidió ir en pos de nuevas victorias por las tierras nórdicas de Europa, con la única ayuda de su vil indumentaria deportiva y una característica cinta de toalla blanca en la frente. Fue allí, en Prusia Oriental, donde tras una dura batalla (esta vez real), el sucio ser gaditano derrotó a la delicada hija canina de Ellery Van Moritz, el Conde más importante del condado oriental de Prusia, la cual sólo se había acercado simplemente para cumplir con sus cristianos hábitos caritativos de otorgar limosna. El mendigo se abalanzó sobre ella y, tras dos duros golpes en el costillaje superior derecho cayó abatida, momento que aprovechó para pinchársela salvajemente con toda la furia de un lemur tibetano.

El vástago Perry nació en la primavera del año 1983. Tras el duro parto que tuvo lugar, la hija de Ellery cayó exahusta, muriendo inevitablemente al alba del día siguiente. Los médicos no pudieron hacer nada por evitarlo. Fue amamantado por las nodrizas de la familia Moritz durante su infancia, hecho que le creó una gran debilidad ósea y dental, ya que el calcio de la leche de perra es difícilmente absorvido por el organismo humano.

Después de una larga vida con los Moritz, de acudir a numerosos torneos de raza canina Cocker y salir victorioso en 4 de ellos, Perry se dio cuenta de que le faltaba algo. Se había adaptado perfectamente a la raza de los perros, pero por sus venas corría la sangre de un vagabundo. Además, la ira de encontrar al despreciable ser que violó y fue causante de la muerte de su madre le consumía por dentro. Estaba empezando a beber fuertemente, fumar ganja y consumir MDMA. Estaba echando su carrera por la borda.

Armándose de valor decidió ponerse en camino hacia Gades, para allí desafiar al oníricamente invicto "Boxeador Indomable". Se puso sus mallas color fucsia, se monto en su diminuta bicicleta de trapecista y puso rumbo al Sur, a las tierras meridionales de Andalucía. Y tras una dura travesía por las colinas de Despeña Perros, pagar el peaje de la autovía Sevilla-Cádiz con Telepeaje y tirarse desde lo alto del puente Carranza cayendo de pechazo, llegó a tierras gaditanas.

Cuenta la leyenda que aún a día no se han encontrado, pero que el día que esto ocurra se verán envueltos en una encarnizada lucha, de la cual sólo uno podrá salir invicto...

Perry, mitad perro, mitad mendigo.

miércoles, 28 de julio de 2010

El joven purista


De lo más profundo de los bosques del norte de Europa surgieron los primeros moradores de la actual Prusia. Estos bárbaros se establecieron a orillas del río Bardinet, prosperando rápidamente y suponiendo una grave amenaza al Imperio Romano debido a la belicosidad de sus gentes.
Estos bárbaros ignoraban el fuego y el baño, vestían pieles de rata y basaban su potencial militar en la terrible ingesta de alcohol. Vivían bajo la creencia de que si morían de viejos sus dioses no les aceptarían en el paraíso, un lugar donde siempre era jueves, su día festivo. Por tanto estos hijos de los lobos preferían morir en buena lid. Macnamara habló de ellos en su libro "No tuvimos nada que ver con los bárbaros", en esta obra les tachaba de poco civilizados y de enemigos del orden.
Sin embargo la realidad era bien distinta, aunque apestaban y destrozaban cualquier manifestación de cultura latina que encontraban en su camino, tenían una organización muy avanzada en comparación con otros pueblos bárbaros. Incluso tenían un complejo cuerpo de leyes que regulaban la sociedad, el primigenio derecho Prusiano.
En el año 412 subió al trono el joven rey Kables, que harto de los abusos y de tener que hacer frente al pago los elevados tributos que exigía el emperador se propuso darles una lección y marchar sobre Roma. Puso al frente de su ejército a su mejor general, del que no se sabe mucho, simplemente que era conocido como el Joven Purista. Este genio militar partió orgulloso y posiblemente borracho junto a 200.000 bravos guerreros.
Historiadores expertos en aquella época cuentan que la táctica militar preferida de estos orgullosos militares era el lanzamiento masivo, después de haberlas vaciado en sus estómagos, de ánforas sobre sus enemigos, para luego cargar ebriamente sobre sus contrincantes con sus poderosas hachas a las que daban el nombre de la mujer que amaban, y que deseaban que quedase viuda para poder reunirse con sus dioses en el eterno jueves.
Tenían también una tropa de élite, conocida como los Velerios, estos nunca superaron los 200 hombres en ningún momento de la historia prusiana. Cuenta la leyenda que eran seleccionados rigurosamente de entre los muchachos de siete años más despiertos y bellos del reino. Estos debían superar durísimas pruebas, como la de estar borrachos más de 48 horas seguidas y vivir sin alimentos en la dura estepa prusiana, muchos de ellos morirían si alcanzar la mayoría de edad. Estos muchachos, a los que no se les alimentaba, eran obligados a robar comida en las granjas y se les castigaba si eran sorprendidos, pero no por el hecho de robar sino por el de haber sido poco cuidadosos al ser descubiertos. Los pocos supervivientes alcanzarían el orgullo de conformar la flor y la nata del ejército. Su hazañas le dieron el nombre a la actual capital.
De esta guisa cruzaron las cordilleras que rodeaban Prusia y tuvieron los primeros encontronazos con la décima y la trigésima legiones romanas, a las que exterminaron con suma facilidad. Los pocos supervivientes llegaron a Roma extendiendo la noticia de la inminente oscuridad que se cernía sobre la ciudad eterna.
Sin embargo el Imperio era aún poderoso y el Emperador Cayo Tulio "El Grifota", movilizó a las legiones de la Galia y de Hispania, un total de 3 millones de legionarios, para dar caza al Joven Purista. El general que se iba a poner a la cabeza del mayor contingente de toda la antigüedad (dicen que superior al del Persa Jerjes) fue Julio Macnamarus, pariente de Macnamara.
La gran batalla que pondría fin a la antigüedad y daría paso a la edad media tuvo lugar a orillas del Rubicón, al norte de la península Itálica. El 12 de neronio (octubre) los velerios chocaron acompasadamente sus hachas contra sus escudos al ver aproximarse a las disciplinadas legiones romanas.
El Jóven Purista, consciente de su inferioridad numérica había dispuesto en torno a él dos líneas de trincheras, cavadas en tiempo record por sus ingenieros militares y que ocupaban una franja de 20 kilometros. Los velerios se usarían como tropa auxiliar, con su amado general a la cabeza, sofocando todas las brechas que los romanos abrieran en tan singular fortificación. Habían dispuesto una salida en la retaguardia para facilitar el transporte de víveres necesarios para los días que duraría la batalla. Este era el único punto débil, pero los romanos lo desconocían ya que estaba oculto en un paso montañoso.
A las seis de la mañana diez mil arqueros romanos dispararon al unísono sus flechas, repitiendo la maniobra hasta el ocaso, momento en que la quinta y la sexta legión marcharon sobre el flanco derecho prusiano, que era el que más mermado se encontraba y donde sólo quedaban 500 defensores. Iluminadas por la luna llena, las tropas romanas ofrecieron a sus enemigos un auténtico espectáculo visual tendiendo improvisados puentes sobre las fosas sin que los masivos lanzamientos de ánforas pudieran repeler la blindada acometida romana. Pronto dio comienzo el brutal cuerpo a cuerpo en que provocó la muerte de la mayoría de los defensores, borrachos gustosos de morir.
Cuando, espalda con espalda sólo quedaban unos pocos, aparecieron en su auxilio los velerios con el Joven Purista en su vanguardia. Las crónicas hablas de que el ataque fue tan efectivo que las quinta y la sexta legiones romanas pasaron para siempre a la historia.
Así pasaron los días, combatiendo día y noche, soportando las flechas, las catapultas y los perros adiestrados por los descendientes de Rómulo. Julio Macnamarus había perdido ya a más de 2 millones de hombres a manos de los fieros prusianos y ya no sabía que más hacer. Pero el 24 de neronio, fecha nefasta para Prusia, el noble prusiano Piter, que pretendía usurpar el trono de Kables, vendió por 50 talentos de oro la exacta ubicación del paso montañoso por el que podían sorprender a las huestes del Joven Purista.
Mermados y extenuados, pero eufóricos por la inminente victoria que dejaría la capital del Imperio a merced del Joven Purista, los primitivos prusianos no se esperaban el cambio que iban a tomar los acontecimientos.
Tras una ataque de distracción que volvió a movilizar al frente a los Velerios, medio millón de legionarios marcharon por el paso y sorprendieron a los escasos guardianes que lo custodiaban, internándose en el inexpugnable perímetro prusiano.
Sin la defensa del foso y con sólo 15 Velerios (pues los demás habían perecido combatiendo día y noche), el Joven Purista hizo frente (con dos cojones) a los miles de romanos, pero fue herido de muerte no sin antes haber matado a más de 500 con sus propias manos.
Conocedores del fin de su querido líder y a sabiendas de la profanación vil que iban a cometer con su cadáver, los velerios cerraron filas y lograron abrirse paso. Fue su primera huida, siendo hostigados por el enemigo hasta las orillas del Bardinet.
Desviaron el cauce del río, enterraron allí al Joven Purista, devolvieron el río a su cauce y se suicidaron arrepentidos de haber huido pero logrando que el cuerpo de tan insigne general nunca fuera descubierto.
La venganza romana se cebó con Prusia, arrasando y violando a las pobres viudas. El usurpador Piter fue crucificado, pues ya se sabe que Roma no paga a traidores, en su lugar fue entronado Julio Macnamarus, que inició un reinado de terror.
La viuda del Joven Purista y sus hijos huyeron a la Bética, y su linaje ha perdurado en la figura del actual joven purista, que vende Bardinet (la bebida sagrada de estos guerreros) a los adoradores del celestial jueves, el comando jueves. Este personaje inflige la prohibición de no vender alcohol a partir de las 10 de la noche (hora en la que mataron a su antepasado) por considerarla heredera del derecho romano, pueblo al que odia. El comando jueves toma el modesto relevo de ser los descendientes de los orgullosos velerios, y celebran cada jueves estos hechos históricos.

miércoles, 7 de julio de 2010

4 si son 4...

4 eran los retratos que colgaban de aquel sólido muro de la vieja fortaleza sita en la antigua plaza de la Gabidia...4 como los valerosos semi-finalistas de lo que hoy en día se denomina como "COPA DEL MUNDO" o world cup para los anglosajones. Entre ellos el más bravo de todos y simpre recordado con su apodo de "el Sabio" el cual gracias a la resistencia planteada en un Torreón situado en los confines del reino Prusiano consiguió resistir y derrotar a los barbaros teutones que buscaban la invasión de este pequeño paraiso...
Amenazaba en convertirse en clásico ya que en unas horas lo volveran a intentar...esperemos que la historia pueda añadir a ese bravo guerrero algún compañero capaz de "ponerse el cubata en la chepa o en el hombro y bailar al son de un buen REGATEON..."
La respuesta...en breve lo sabremos.
El desenlace...siempre inesperado.
O no...

domingo, 4 de julio de 2010

El Refranero de Prusia

"No rechaces a las 2 lo que te echarías a las 4 y por lo que pagarías a las 6"

- Provervio prusiano -

miércoles, 30 de junio de 2010

El Comando Jueves


Mucho se ha escrito y debatido sobre los héroes de Prusia, adalides de la libertad que vertieron su sangre sobre un yermo paraje que hoy es floreciente patria de lucidos pensadores, trágicos artistas y visionarios pornógrafos.


Enorme deuda de gratitud que nunca saldarán del todo nuestros historiadores para con ellos, pero casi anónimos para el pueblo siguen siendo otros guerreros, cuyo fervor no era bélico y misión nunca pretendió posesión terrenal; movidos por el ansia de conquistar un reino hedonista y espoleados con la torpe furia del borracho, consiguieron lo que todos habían dado por imposible: Manejar el tiempo a su antojo; tornar el jueves en sábado y el martes en jueves.


Tradicionalmente, antropólogos y expertos en historia prusiana han tachado al Comando Jueves como de grupo sectario y ocultista. Así, Macnamara, en su obra “Comando Jueves: Un atajo de ruinas” afirma que “(…) reunidos en comandita, la secta alababa y bebía lo que consideraban la sangre de su ídolo sagrado mientras proferían cantos en su honor: Oh Bardinet, oh Bardinet, todos queremos que marque Bardinet” ; “(…) para obtener el licor al que atribuían divinas propiedades, debían rendir tributo a una especie de sumo sacerdote al que se le conocía dentro del culto con el nombre de El Joven Purista”


Estudios como el anterior, sesgados por una visión judeocristiana y tradicionalista, han hecho que hasta la publicación en tiempos recientes de investigaciones más profundas sobre el movimiento; al Comando Jueves le haya rodeado siempre un halo de esoterismo y fanatismo.


Nada más lejos de la realidad, el Comando Jueves era un grupo de jóvenes entre los que se contaban ingenieros decadentes, periodistas de folletín, juristas harapientos, filósofos barbones y matemáticos amantes de la baraja. Lo que unía a tan diverso grupo era la ilusión de conseguir crear un mundo dentro de otro mundo, y empezaron (y acabaron) por variar el orden preestablecido de los días; Bardinet, un duro y viril licor de azúcar de caña no era para ellos un ente divino ni El Joven Purista era el oficiante que nombra Macnamara: Simplemente eran el licor adecuado y el hombre apropiado para suministrarlo.


Algunos piensas que su revolución fue un auténtico fracaso pues pocos en el pueblo la siguieron, pero hoy en Prusia, en pleno Siglo XXI, los que gustan de perderse por la noche cuando demasiado pronto dijeron “me tomo una y vuelvo para casa” y los que se levantan un viernes acordándose de “el tinto de ayer”; cuando brindan con sus copas y se lamentan sobre sus tazas de café, lo hacen en honor al Comando Jueves.

lunes, 21 de junio de 2010

Crónicas de un Soldado Prusiano (tercera entrega)

- Dame mil quientos dólares prusianos en fichas de valor intermedio. - Struchem desató una bolsita de su cinturón y volcó sobre la mesa un copioso montón de monedas.

- Wooff (la apuesta mínima está 50) - dijo poncho, dejando claro que en esta partida no se andaban con chiquitas.

- Subámosla a cien.



El conde de Hungsteienlreichenaft, y el bigotudo general Lichonhoft dieron su aprobación con un gesto. Solamente el gangoso Obispo pareció reticence a aceptar la nueva medida, pero no objetó.

Acto seguido la chica vestida al gusto del obispo sirvió copas, puros, y ciertas substancias ilegales de las que no entraremos en detalles. Comenzó una partida larga e intensa en la que salían manos de caliche elevado y las fichas pasaban rápidamente de unas manos a otras en grandes cantidades. Fué cuando a Struchem le salió un doble par de ases y ochos el momento en que se dió cuenta de que el sucio chucho estaba haciendo trampas. Se levantó empuñando un cuchillo y gritando:

- Bestia inmunda, me la estás dando, devuélveme lo que me has ganado,- solo le quedaban 300 dólares prusianos en fichas.

- Woof woff woof (No quiero rollos, vale?) Wooof (No he estado haciendo trampas) - y calleron dos ases de picas de su manga.

Struchem se avalanzó sobre el maloliente can, cuchillo en mano dispuesto a pincharselo, pero Poncho esquivó con un golpe haciendo caer la mano del soldado sobre el largo bigote de Lichonhofrt y cortándole medio baffo de un tajazo. Se desató la trifulca tabernaria (deporte preferido de Struchem, recordémoslo), El perro golpeó al soldado, que calló al suelo, Lichonfhort sacó una luger modelo antiguo, el conde aficionado al sado cogió un látigo, el Obispo se escondió bajo la mesa y la muchacha vestida al gusto del clérigo se quitó la máscara de cuero y sacó un fusil de debajo de la barra.

No duró mucho la pelea, para disgusto de Struchem, pues nada más empezar se escuchó el silbido y la consiguiente explosión de una bomba fuera de la taberna. Le sucedieron otras tantas, cayendo una en el techo del Club y haciendo enterrar bajo escombros a los contendientes.

CONTINUARÁ

lunes, 12 de enero de 2009

Vuelven: Clasicos del teatro prusiano; La tragedia de Joe Bajaestofa y Bill Calichelaxo.

La tragedia de Joe Bajaestofa y Bill Calichelaxo fué reescrita por el dramaturgo R. Feo della Coleta (desde ahora R.F.d.C) por encargo del Barón VonChuck durante el asedio de Velería, para distracción de su eminencia mientras su pueblo ardía dentro de sus chozas de paja a manos de los etruscos del norte. R. F. d C reelaboró la versión de ésta leyenda hebrea redactados dos siglos antes por un autor desconocido. Las habladurías historicas cuentan que el Barón quiso quemarla cuando leyó la primera versión del guión porque decía que debía repetirse constantemente y en un tono que sonara a mofa el nombre de uno de los personajes principales.
A continuación se ofrece el fragmento que se conserva.

Escena uno.
(Es carnaval. El obispo Johanvolgshaffen da la Brassa a una muchedumbre disfrazada y ebria. Gente meando en el templo, una trifulca en una esquina, sillas volando por el escenario, hombres que duermen sobre sus propios vómitos, hay un negro encerrado en una jaula en el centro del escenario)

CORO: (cantan) ¡Viva el carnaval de veleria!,
!hoy la sodomía es nuestra opción¡

Negro: (gritando) Me agarraron como puerco!!

Johanvolgshaffen: Impíos; pecadores, que bebéis y fornicáis
arrepentíos de esa acttitud mientras podáis.

(entra Joe Bajaestofa, enmascarado, botella en mano y ebrio y Wally, su criado)
Joe: Donde está ese vil truhan
que ha doblado la esquina
huyendo con mi bebida!
¡lo voy a matar!
Wally: Señor, mejor será calme esos nervios,
porque he odio en rumores, que esos sucios perros
pasan tiempos mejores. Si el clan calichelaxo roba tu alcohol
aguarda con devoción, y que no te arrebate el amor por el combate.
(al otro lado del escenario entran Bill Calichelaxo, enmascarado ebrio y fumando y Barbol, su criado)

Bill: Menudo bajaestofa, truhán de pacotilla
te pones exaltado por una simple copilla
Barbol: Excelente Milord!
Bill: Al que a un calichelaxo le llaman ladrón
le respondo con mi hierro, templado y suavón
Joe: (sacado su espada y apagando su cigarrillo en la coronilla de Wally)
Por una simple copilla acabaré yo con tus coplillas
mentiroso cornudo, prueba mi acero brutal y tozudo
Wally: Apúntele, Apútele wey!
(El combate nada tiene que ver con una heroica trifulca, pues más bien se asemeja al baile de dos simios borrachos jugando con espadas. En un lance Joe hiere a Bill de muerte)

Bill: Sepultura! exijo santa sepultura!
Obispo: Fornicador, azote de Veleria,
prefiero dar sepultura al negro
que no manchó de sangre esta Feria
Negro:El hombre blanco es muy terco
y me amarró como puerco!
(Entra la Guardia Real, Un capitán y dos soldados)
Capitán:Encarcelen al Bajaestofa
Soldado: ¿se trata de una mofa?
Capitán: Ensartó a calichelaxo
Soldado: le provocó el muchacho!
Capitán: No discutas mis ordenes
Soldado: (aparte) Sucio gabacho!
(a Joe) Por tu pendejo comportamiento
se te prende ahora y recibirás un escarmiento.
(Capturan a Joe y a su criado)
Capitán: Y atiendan a esotro hombre
Soldado: a la orden

Fin de la escena

Como puede comprobarse en su estilo al final R.F.d. C. terminó rapidamente y con prisa esta primera escena de la obra. Los enfrentamientos en veleria habían sido bastante intensos y el Barón VonChuck deseaba encontrar entretenimiento liviano rapidamente y hostigó al dramaturgo con el fin de adelantar las entregas. R. que no deseaba perder el cuantioso sueldo que el aristócrata le reportaba se vió obligado a terminar todas y cada una de las escenas de la obra rápidamente y sin revisión debido al ansía de diversión de tan bizarro personaje. Cuenta una leyenda no datada historiograficamente que ya desde la primera obra el Barón insistía en aquello que antes comentábamos de la repetición continua de un nombre de personaje y en cada entrega amenazó al autor con la quema de toda su obra si no la adaptaba a sus exigencias.
La primera representación de la obra completa se realizó varios años mas tarde de su cumplimentación. Esta tragedia se considera en cierto sentido un indicio de lo que mas tarde serían las series de televisión, porque cada semana R.F.d.C. debía entregar un capitulo que se representaría semanalmente y a la misma hora los martes.
En realidad nunca tuvo buena aceptación por parte del público, la mayoría lo acusaban de bipartidista, xenófobo, y apología de la perversión sexual. Los entendidos en materia llegaron a analizar el caso como un producto entregado con el fin de hacer crítica y crear polemica. Otorgándole al barón una inteligencia que realmente no tenía, algunos historiadores han afirmado que estas representaciones las encargaba con el fin de desviar la atención de sus alrededores hacia algo que no tuviera que ver con la situación de Velería o consigo mismo.
El segundo acto de esta obra es considerado por algunos estudiosos como una crítica de la guerra. El dramaturgo empezó a frecuentar bares en los que se reunían ciertos jippys a los que les gustaba mucho quejarse de todo lo que sucedía y echarle la culpa a algo que llamaban despectivamente "el sistema". Uno de ellos fué el tan conocido "eldelperroylascadenas" que escribió varías canciones populares bien conocidas como "por culpa de la sociedad", "todo va mal y yo me quejo", "no he podido elejir como quiero vivir", "me lo meto todo", o "si, me crece el pelo y no me lavo". Se conservan en el museo nacional de prusia 36 manuscritos de tan ilustre personaje. Todos ellos incluyen las frases "por culpa de la sociedad", y "hay que joder al sistema".
R.F.d.C fué despedido por "andar en malas compañías". Más tarde algunos amigos suyos participarían en el golpe de estado que daría unos años mas tarde el dictador Poncho.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

La decadencia de Prusia

"Prusia vivió tiempos mejores" escribió el poeta Sghuram en su lecho de muerte. Eso fué cuando la reforma no consiguió la consistencia esperada. El invierno había llegado, tras la última guerra, porvocada en una época de esplendor, la patria había sido sumida en la mas perfecta debacle. Los golpistas triunfadores atenazaban las calles bañadas por las secas aguas del río Vel Hero, que entre tantas batallas batallas que presenció, la más cruel fué esta última.
Bajo el gobierno del dictador Poncho se reunían, ocultos en las antiguas catacumbas subterraneas de la época de la primera guerra, poetas, intelectuales y fumetas enfadados por la prohibición, especulaban contra la nueva tiranía establecida.
Fué entonces cuando surgió, de entre los escombros de aquello que antaño fué una gran nación, un hombre cuyo nombre es digno de recordar. Podría decirse que un héroe, pero no. Aprovechando la situación montó un gran ejército en la sombra financiado por la gran fortuna obtenida a traves del comercio de marijuana.
(estoy aburrido de esta historia, se esta poniendo demasiado seria. al carajo)

lunes, 21 de abril de 2008

Grandes músicos prusianos. Hoy: Holly Monken y Gabriela “Pipa” Rijks

En un momento de la historia en el que el canto gregoriano y la música popular conocida como “Farfarren” eran el único placer auditivo de este gran pueblo, Holly Monken y Gabriela Rijks abrieron el camino hacia lo que luego que luego sería una de las culturas musicales mas influyentes, predecesora de prácticamente toda la música que se escucha hoy en día, excluyendo el Chill-Out, siempre.

Ambos nacieron en Pokpotekeschumalen, una pequeña villa al norte de Prusia. Lo rimbombante de su nombre no casaba en absoluto con el espíritu de su población, sobrio y conservador. Curiosamente en un ático de esta pequeña villa paso sus últimos días Herr Finlay, antes de que la polio lo mandara “al otro pub” (creencia popular irlandesa).

El primer encuentro entre los dos músicos se produjo en circunstancias un tanto extrañas: Holly Monken trabajaba como cazarrecompensas para un cacique prusiano exportador de hinojo, una de las principales fuentes de ingresos de la época, y que obviamente la mafia acabo tomando como suya. En uno de los trabajos encomendados, Holly tenia que infiltrarse en la mansión de Mathias Rijks (popular capo de la época) y asesinarlo a el y a su dama de llaves, de la que se decía que manejaba las cuentas de Mathias. Holly Monken tenía 17 años.

Al colarse en la mansión de madrugada, Gabriela (la hija del capo) lo sorprendió en la cocina. Holly Monken le explicó con el descaro de un muchacho de su edad que era el nuevo cocinero, y tenia que preparar el desayuno imperial del día siguiente. Afortunadamente su madre le había enseñado a cocinar una receta ancestral de huevos con panceta al vodka, y el muchacho se sirvió de los enseres de la cocina para dejar el desayuno listo. Gabriela quedo prendada ante el desparpajo del chico, y lo invitó a subir a su habitación para mostrarle sus habilidades, en este caso con el piano. Nadie sabe con certeza lo que paso aquella noche, pero al día siguiente ambos desaparecieron, y no se volvería a saber de ellos hasta 7 años mas tarde.

Fue un soleado día de Junio. En una pequeña sala de Cracovia lucia un cartel a la entrada: “Holly Monken y Pipa Rijks en concierto, hoy a las 21:00”. Se vendieron 12 entradas.

Holly Monken, que preveía la poca afluencia de público, se había agenciado 16 gramos de “Kotchsmir” (uno de los más populares alucinógenos de la época, que se tomaba por vía oral) y no dudó en repartirlos entre los pocos asistentes a su concierto. Sin el menor reparo, el músico se comió otro pedazo de “Kotchsmir” y sacó de la funda su xilófono. Gabriela hizo lo propio, y extrajo de un estuche de madera sus “Tuskan”, un instrumento similar a las maracas que ya había perdido su popularidad en Prusia.

Las luces se apagaron y Holly Monken y Gabriela “Pipa” Rijks empezaron a escribir la historia de la música contemporánea.

viernes, 11 de abril de 2008

Perro flaco

Llueve, no para de llover, el agua entra por la cristalera.
A lo lejos luces y ruidos una ciudad en feria...
Vuelves a casa, como no empapado. El agua te ha calado...
Pero bueno... entras en el salón, nada como un buen butacón.
Entre el estruendo del fuerte viento y la lluvia algo parece destacar, un ladrido sale de lo más profundo de un perro callejero, flaco, callejero.
Aulla sin parar mientras lucha sin parar contra las inclemencias del temporal...
Derrepente silencio, parece que ha dejado de tronar.
De aquel perro no supe nunca más, quizas encontro un lugar mejor donde "perrear".

miércoles, 9 de abril de 2008

Seminario de Historia Antigua de Prusia

Cuenta la leyenda que durante la primera gran guerra prusiana, allá por los tiempos en los que se disputaban el terreno diversas tribus; cuando los grandes clanes Polluts, Calichs, y Grifins ocupaban respectivamente el norte, el sur y el suroeste, durante los tiempos en los que los ataques a las fronteras se hacian dia si, dia tambien; hubo un hombre que destacó por su destreza en el manejo de la empanada. Por aquel entonces, como saben los estudiosos de la historia prusiana, la empanada era el arma principal del ejercito de los Calichs, gracias al buen uso que supieron darle acabaron en menos de un año con el clan de los Polluts tras la batalla río Vell Hero. En el texto mas antiguo hasta el momento recuperado de el historiador de la Prusia antigua Pesc Ha en el que relata la batalla (solo se conserva un fragmento) exclama vehemente en el segundo papiro "...y llegaron cruelmente y sin un ápice de piedad armados con sagazes empanadas comandados por el general Speefd Calichs II, descendiente del difunto rey Coque Calichs IV, y arrasaron con toda la ciudad como si nunca mas el río volvera a tener agua. Sus ávidas empanadas hicieron ....", el resto del relato no se conserva.

El proyecto caniche


y cuando vio lo que su sueño había provocado, arranco sus ojos utilizando la dorada mano de mono que había recibido como condecoración por una meritoria campaña en el Palatinado. (Extracto de las Cronicas de Odon II, Editorial La Cometa)

Odon II, hoy recordado como el más guerrero de los monarcas prusianos, siempre intentó dirigir los designios de su pueblo con la mayor dignidad posible. Por eso, cuando en las calles de París y Londres se comenzó a vociferar que en Prusia, perros ataviados con tutú abarrotaban el Staatsballett de Berlin , que eran monos con brillantes mocasines los que discutían en el parlamento y que cien lemuridos laureados eran la flor y nata de la fuerza armada; no tuvo más remedio que tomar cartas en el asunto e iniciar la que sería conocida como “Der Krieg der durch Bodenssatz des Affen beschmutzten Ehre” (Guerra del Honor manchado por heces de mono)

Los rumores y las habladurías se habían originado cuando las celosas autoridades inglesas y francesas intentaron desprestigiar el revolucionario plan que meses antes había iniciado la administración prusiana. El que hoy conocemos como “proyecto caniche” y que fue pionero en el uso científico de animales (ver “La era dorada de los monos espaciales”) se basaba en la búsqueda de la optimización de las características innatas del animal para su aprovechamiento humano. Las palabras del jefe de este proyecto, el Profesor Von Choto (1607-1615), resultan muy esclarecedoras: “El hombre siempre ha vivido en comunión con el animal; se traslada con el caballo, se come al cochino y se acuesta con la oveja. La evolución que alcanzará el hombre se halla exponencialmente unida a la cantidad de especies de las que puede conseguir provecho (…) en el siglo XX, los monos limpiaran nuestras aceras, los perros regarán nuestros campos y los ratones manejaran complicadas armas de fuego”.

Miles de pequeños cochinos, gatos, perretes, cabras y un sinfín de especies fueron internadas y adiestradas durante años en las enormes instalaciones que se habían construidos al uso, para ello, se requirió una inversión sin precedentes en la época. Pasados cinco años, y cuando el programa parecía ser un éxito total, un caniche que formaba parte de un grupo que era adiestrado para diseñar divertidas montañas rusas, se reveló frente a su mentor humano y le arranco el rostro: El pabellón enteró se sumo a la rebelión y horas después, catorce millones de animales adiestrados tomaban la ciudad- granja causando una violenta masacre como jamás ha sufrido el hombre. Horas después ,mediante sus interlocutores (periquitos) los sublevados hicieron saber al gobierno prusiano que su objetivo era tomar Berlín y posteriormente, iniciar la revolución animal.

Tras una dura campaña (de la que se darán detalles en otra entrega) que se prolongó durante siete meses, el gran ejercito prusiano consiguió doblegar a la frustrada revolución; no hubo prisioneros, nunca llegaron a ser mascotas, alimento en los estómagos prusianos, calientes abrigos o fetichistas fustas y pantalones de cuero, todos los animales fueron completamente aniquilados y el proyecto completamente archivado.

martes, 8 de abril de 2008

Llueve en Triana

LLueve en Triana. En uno de los muchos edificios que se alzan a orillas del guadalquivir hay un piso. Alli suenan unos acordes lentos de Thin Lizzy que preceden al resto de una cancion acelerada. Se fuma, dos individuos, uno negro con pelo a lo afro y patillas, otro blanco con pelo largo, juegan al Pro con devoción. Otro individuo, con barba y cara de gato, describe la situación. Resulta extraña la ausencia de un perro que siempre anda tirado por el suelo o dando la brasa. "I´m just a cowboy" dice el estribillo, y luego de nuevo esa coletilla del cantante tan conocida en esta zona; "we need you´r helps in hands".
Termina la cancion y empieza a sonar una version de "the house of the rising sun" que está de puta madre, por el mismo grupo. "hay una casa en Michigan". Es la feria de sevilla y la cosa esta tranquila en el lugar. Comentarios, "se juega divertido", "buen partido", y cosas del estilo por parte de los jugadores. En el fondo este juego debería esconderse por un tiempo, abriría un gran elenco de posibilidades factuales para matar la tarde. Pero no, la costumbre es la costumbre y el hábito justifica toda dejadez; o eso parece.
Ahora suena Bob Dylan, Huracan carter, cancion que esta bastante guapa, pero que dura mucho y siempre es igual. No importa, es Bob Dylan.

miércoles, 2 de abril de 2008

la tragedia de un fumador que se pierdió en una isla con dos cigarrillos parlantes. Capitulo I

Pete era un tipo que solía fumar algo mas de un paquete de tabaco al día. Al despertar de la modorra provocada por el golpe que se dió cuando se estrelló el avión, despues de andar un rato tambaleandose mientras recobraba el sentido, no imaginó encontrarse con aquel panorama. Esa misma tarde los dos cigarrillos parlantes y él, únicos supervivientes al accidente, se habían hecho grandes amigos, entre charlas se habían comentado largos capitulos de su vida mientras aguardaban la ilusión de ser rescadados en breve, una bengala y algo de suerte harían todo el trabajo. Al llegar la noche las ilusiones se habían disipado y llegó el momento de la supervivencia, recogieron unos cocos, montaron un campamento con bastante bajo caliche y se hecharon a dormir frente a una fogata. Quizás fué una de las costumbres de Pete la que le jodió el sueño, no se había fumado su cigarrillo de antes de dormir y eso le dejó en vela. La ausencia de tabaco sin vida guió su deseo a los presentes que dormían con tranquilidad junto a un fuego que en un simple movimiento podía guiarlos a una calada mortifera que terminaría consumiendolos de principio a chusta. Que deliciosos estarian esos pobres cigarrillos, inocentes duermen sin pensar que unos pulmones les observan deseosos de ser envenenados por su humo. Pero no, se habían convertido en sus amigos, Pete no podia hacerles eso. ¿una sola calada y apagarlo? Se sintió mal cuando ese pensamiento paso por su cabeza. El mono no podia hacerle perder los nervios, se dió la vuelta y se durmió como pudo.
Pero cuando peor lo iva a pasa sería en el momento en que se despertase. Ah! el primer cigarrillo del día. Los pitillos parlantes, que se llamaban Cigarretten y Pitillesco, ambos de la familia Chesterfield; se habían levantado temprano para recojer leña y habían empezado a hacer un buen fuego en la playa de la isla. Pete los observó y viendo como las llamas se acercaba mas al objeto de su deseo, no pudo resistir la ansiedad y soltó un grito que aterro a los cigarrillos ...

CONTINUARÁ

martes, 26 de febrero de 2008

La historia de Gianluca Kosowsky (Tomo 1)

El napolitano que introdujo la “pizza calicciosa” en Prusia no fue, como todos creen, Giovanni Rana. Se llamaba Gianluca Kosowsky y, aunque de padre polaco, era un verdadero patriota italiano. Tanto amaba a su patria que marchó al exilio en Prusia al no aceptar el levantamiento de aranceles contra la importación de pizzas barbacoa por parte del gobierno italiano. Esto parecerá al hombre contemporáneo una vulgar pantomima, pero en aquellos siglos tan revueltos la pizza era la pieza clave de la política exterior de un país.

De ese modo, los italianos sólo habían aceptado hasta entonces tres sabores de pizza “la margarita”, la famosa “pizza di ron velero” (también llamada “il bocata di mendigo”) y la “pizza di emme” (cuyo ingrediente secreto aún se desconocía). Este alarde de patriotismo culinario tuvo su cénit en las guerras contra el Gran Ducado de Pollutia, y la producción nacional de pizzas sufrió un retroceso a consecuencia del casi total empleo de la industria pesada en la fabricación de armamento. Entonces Estados Unidos, joven nación pero con el sabor a barbacoa recogido en la Bill of Rigths de 1776, se aprovechó de la escasez y presionó duramente al gobierno de Poncho DaMarco para que levantara los aranceles impuestos sobre su prágmatico, pero a la vez delicioso, sabor a barbacoa.

Presionado, a sus 98 años de edad y con el ala radical del partido tramando un atentado contra su persona, el viejo Poncho DaMarco firmó el pacto con los americanos (pacto que popularmente sería conocido como “la sentenza di Ponccio”). Esto por supuesto levanto una gran polémica a lo largo de todo el país, y muchas personas, como Gianluca Kosowsky, tomaron la vía del exilio, llevándose consigo sus herramientas de cocina y su buen hacer pizzero.

El panorama político en la Prusia que se encontró Kosowsky era desolador, la única variedad de pizza existente era la oficial del gobierno: la odiada “pizza rabiden” (que Voltaire denominaría posteriormente “la vergüenza prusiana” en su libro Pizza et politique exterieur). El resto de sabores y condimentos estaban prohíbidos. Pero no tardó Kosowsky en desafiar al gobierno de Lord Cochón y su malvado ministro Vincent Tarradellas (propietario de la fabrica de pizzas sabor rabiden Casa Tarradellas). Abrió el mítico Restaurante Caliccioso, en referencia a su equipo de fútbol preferido, el Real Betis Balompié, y no tardó en servir pizzas al estilo italiano desde la más oscura clandestinidad.

La fama del simpático napolitano llegó a oídos del malvado Tarradellas, que puso en marcha una serie de medidas proteccionistas (recogidas de forma brillante en el libro de McNamara, Tarradellas: Una, grande y con extra de queso), entre ellas la creación de un organismo censor, el Alto Tribunal de la Pizza. Este auténtico sindicato vertical, formado por representantes del clero, miembros de la poderosa familia Tarradellas y la confederación de artesanos pizzeros, se dedicaría en cuerpo y alma a destruir cualquier vestigio de libre expresión pizzera. Gianluca Kosowsky ya era un prusiano más, amaba a Prusia y pretendía plantar cara a Tarradellas, a su amo Lord Cochón, al Alto Tribunal y sobre todo al Sabor Único. Continuará.

miércoles, 20 de febrero de 2008

Las Andanzas de Peter McFarradan

(Lo que sigue es un breve texto compuesto por Un Tio Cabal, George Lapita y Arcadio Pantanni durante la época dorada de los ríos de ron y tinto. Lo encontré en los archivos de la Biblioteca de Prusia y me tomé la libertad de publicarlo para que no se perdiera en el olvido)

Un caluroso día de verano Peter McFarradan pensó que se le apetecía una deliciosa granizada. Por aquel entonces solía pulular todas las tardes por los jardines que descansaban frente a la casa del viejo Mathew; bueno, por lo que quedaba de ellos tras el paso de jóvenes que alquilaban gratuitamente la estancia para pasar la tarde entre litronas y porros; los parques no suelen resistir mucho tiempo a las juergas juveniles, que casi siempre degradan dando paso a convertirlos en habitáculo de yonkis y desheredados. Peter McFarradan siempre había sido un purista, todas las tardes gustaba de tomar su café con lo que el solía llamar el delicado toque de tennesse, es decir, dos partes de bourbon por una de café, estas actitudes juveniles le hacían sentir como si un puñado de gorilas se revolvieran y festejaran por sus entrañas.
Pero habia algo que el bueno de Pete no soportaba en su escrupulosa rutina, encontrarse con Ulises Troyan, un autentico bellaco de medio pelo que había servido con él en el mismo regimiento de zapadores reales allá por los tiempos de la gran guerra, Ulises era la persona del mundo que menos quería ver ese inocente 17 de julio. Durante aquel infierno Ulises habría podido fingir camaradería incluso con el mismísimo diablo con tal de sobrevivir; y también a éste se hubiera atrevido a robarle su ración diaria de gachas; lo único que daban de comer a lo largo de semanas al pelotón número doce de la compañía Strangber, nadie hubiera sospechado que la escasez de alimentos se trataba de la hambruna y el egoísmo del suboficial, todos creían que era cosa de las ratas; lo peor fue tras el último bombardeo, en el que el resto de los compañeros perdieron la vida y McFarradan tuvo que aguantar un mes entero perdido en la espesura de la selva junto a ese gañán. "Ulises, que bajisimo caliche", musitó Pete hacia sus adentros al ver como el tullido de Troyan se acercaba hacia él.
Ulises, un gran amante del arte de lo hortera –o la clase cómo el siempre se refería a su peculiar forma de vestir- llevaba puesto ese día un sombrero verde con dos grandes plumas de faisán a los lados.
-"¡Que pasa Pete!, ya no te acuerdas de tu viejo camarada";
-"Señor"- repondió Peter con la educación que le caracterizaba, pensando al mismo tiempo "¡carajo, que poca clase".
La media sonrisa de su antiguo "camarada" despertaba cierta sensación de odio en Peter, mostraba su desprecio en una ironía expresada en su mirada, el intercambio de palabras le trajo viejos y dolorosos recuerdos de los tres meses que pasó hundido en la miseria de un campo de prisioneros, el sargento Troyan logro escapar a las garras de aquellos superhombres, pero no salió ileso, perdió un brazo, y un compañero. La muerte de Seymour Barbarian no le supuso demasiado dolor, eran paisanos, los dos se habían criado en el mismo pueblo, al sur de Conectica; Troyan solo pensaba en como consolar a la desolada y vulnerable mujer de Barbarian.
"Tienes dos dólares para un café" –dijo Ulises-
"Los mismos dos dólares que robaste de la chaqueta del cuerpo frío y muerto de Seymour"
"No me lo eches en cara, soy un patriota"
En el fondo a Troyan jamás le había importado la vida de su compañero, es mas, para él era preferible que hubiera muerto, así tendría una buena excusa para consolar a su mujer y con ello el camino abierto a tirársela que era lo que realmente importaba; también le sirvió como pretexto para ser condecorado y ascendido a teniente para deshonra del resto del cuerpo, fue considerado único superviviente en la operación Gamo.
Troyan le producía un cierto escalofrío a Pete, no sabía cúal era el motivo exacto, era más grande, más fuerte y sabía que Troyan, haciendo honor a su moto "sucia rata cobarde con sombrero de copa" con el cuál le había bautizado el pelotón, le tenía un enorme miedo; Pete ya no quería tomarse una granizada: Ahora sentía frio.
Ulises finalmente dio por perdidos esos dos dólares y prosiguió su camino tras una breve inclinación de sombrero, podría llegar a pensarse que Pete ya se había quedado tranquilo pero nada más lejos, su sangre hervía y su preciado bigote perdió unos cuantos cabellos. Era lo que Pete solía llamar un día de perros.
Se quedó un rato de pié, pensando, la última persona con la que deseaba toparse se acababa de cruzar en su camino compartiendo con él unas tensas palabras; en ese momento y sin saber porque recordó a su ex mujer, la imagen de su cara apareció de repente en su cabeza, tratando de olvidar la dura imagen que se le había presentado supliendo al nefasto encuentro miró al frente y siguió caminando; justo entonces la figura del viejo Mathew apareció frente a él, estaba sentado en un banco, con la cabeza baja y chupando un mondadientes con insistencia; por aquel entonces estaba dejando de fumar.
El viejo Mathew era una sombra de lo que había sido años atrás, ultimamente se contentaba con poder ojear un poco de porno.



Capitulo II
Al despertar de la mañana siguiente a su encuentro Pete había tenido un mal sueño en el que un perrete con la cara de su viejo camarada le perseguía babeando por unos acantilados bajo los que rompían olas de café granizado y bourbon; se levanto de la cama sudoroso, y entonces recordó que era martes y esa noche tocaba partida de poker en la mansión del señor Speef; se reuniría, como llevaba haciendo desde unos meses atrás, rodeado de humo y alrededor de una mesa cubierta de copas, cartas y fichas, y también algo de marijuana, con el viejo Mathew, Mr. Speef, y el ex general Mutombo; a los cuatro veteranos excombatientes ya solo le quedaba como diversión el juego y la apuesta, pero esa noche tendría un toque especial, el ex general llevaría a la mesa a su hermano Balumba, recién llegado del Congo. Para hacernos una imagen mental de Balumba, deberíamos de imaginarnos a un gigantesco gorila con mocasines y traje italianos y un puro cubano entre los dientes; había echo una enorme fortuna con el comercio de diamantes y se intentaba asegurar de que todo el mundo fuera consciente de ello.

martes, 12 de febrero de 2008

Clásicos del teatro Prusiano: Veleria bajo el navocho


Veleria bajo el navocho es una opera del genial Giussepe "il ebrio" DiMarisco. En su origen fue escrita para el tenor Antonnio DaMarco, pero fue convertida en prosa tras su fallecimiento. Los personajes, El Cabildo de Veleria y Emerson Shimigami, buscan sellar un controvertido acuerdo comercial durante el duro invierno prusiano.

Cabildo:
¡Ciudadanos de Veleria!, Dios nos pone a prueba en la hora más aciaga para nuestro pueblo. El mar está sellado por la nieve y no somos capaces de romper el helado cerco ni tan siquiera con la real marina prusiana. Si no exportamos nuestro delicado licor por Europa, más de la mitad de su población morirá de tristeza... ¡Veleria anda bajo el navocho!.

Emerson Shimigami: Conozco a un marino intrépido, llamado Poncho, y aunque es un perro y ni siquiera sabe navegar, ¡pienso que es mejor enviar a un vulgar chucho que a un patricio de Veleria!

Cabildo: sea pues la voluntad de este tipo que ni siquiera conozco.

El resto de capítulos fueron misteriosamente arrancados de la encuadernación original y única que existía. Se cree que fueron destruidos con intencionalidad en un ridículo intento de borrar un vergonzoso episodio de la historia de Veleria. Lo único que sabemos con certeza es que desde entonces el Ron Velero se fabrica en Getafe. Del perro Poncho sólo conocemos lo que cuenta la leyenda...

viernes, 18 de enero de 2008

Prusia on tour 2008

El próximo 26-27 de junio del 2008 se celebrara en la gran explanada anti-quechua de la céntrica ciudad de Lothar situada al sur-este de Prusia el gran acontecimiento del año: PRUSIA ON TOUR 2008. Por ahora solo podemos adelantar algunas de las actuaciones más bizarras que surgirán de la unión de varios artistas de renombre:

-Unplugged de Calamorro con una balalaika.
-Los Poison & Kiko Poison.
-La niña de la puebla vs Bruce Dickinson.
-Joselito acompañado a la Orquesta Nacional El Puño de Prusia.
-Black gold (con su nuevo batería Herr Finley)

Por ahora no podemos confirman mas grupos, Manténgase al loro molón!

jueves, 17 de enero de 2008

Grandes Héroes prusianos: Hoy, Herr Finlay



Cada nación tiene sus grandes héroes, hombres y mujeres dignos de monumentos y cantos, aquellos sobre los que los abuelos relatan leyendas que atentos escuchan sus nietos, aquellos cuya grandeza y nobleza les hicieron merecedores del respeto y la admiración de sus enemigos; El Rey Arturo, Luke Skywalker, El Cid, Hitler, Juana de Arco o A.C Slater son solo un pequeño ejemplo ilustrativo.

Nuestra nación, cuna de grandes leyendas, guarda con especial orgullo el nombre de su más brillante héroe: Herr Finlay.

Nacido en 1898 en “Das kleine Irland” (La pequeña Irlanda), la más importante colonia irlandesa de Prusia, sufrió desde pequeño el rechazo de la sociedad nativa que ridiculizaba una religión que no entendía: Según el credo de Finlay y los suyos, el verdadero nombre de Jesús había sido Trebor, el cual procedía de la estirpe de los McAlee y había muerto de en el Condado de Wicklow devorado por cabras, la más cruel pena que se imponía a los criminales en dicho lugar.

Tras una caliente adolescencia como granjero de monos, animal que ocupaba por aquel entonces el sitio de la moderna oveja, decidió escuchar la llamada del ejercito prusiano que reclutaba efectivos contra la inminente ofensiva boliviano. De ese modo, arriesgo su vida para defender una tierra que, si bien, nunca le había aceptado, amaba con todo su corazón.

Destinado en la División Antiarea, Herr Finlay sufrió en sus propias carnes durante tres duras semanas los bombardeos de los potentes cazas Bolivianos contra la que nada podían hacer las baterías prusianas. Fue una noche, en la Taberna Jarten & Pretzle, donde, mientras saboreaba la ración diaria de Velero que le asignaba el ejercito comenzó a reflexionar sobre el rechazo que debía soportar día tras día por el hecho de ser diferente. Precisamente esta idea, se convirtió en el germen de su plan, plan que le permitió a Prusia destrozar las fuerzas areas bolivianas. Los enanos prusianos, que al igual que el, sufrían el rechazo y la marginación de toda la sociedad, serían los artífices de la victoria: La munición de las baterías antiareas sería sustituida por enanos atados con misil y un ala delta, que de ese modo, podrían rectificar su trayectoria en pleno vuelo e impactar fácilmente en el objetivo: Morirían, pero su hazaña les haría inmortales.

Aunque horas antes de iniciar el ataque, un alto mando, movido probablemente por su falta de confianza en los enanos, propuso sustituirlos por monos adiestrados,más abundantes y baratos , Herr Finlay, como un auténtico héroe, se opuso a que la más brillante página de la historia de la gente pequeña fuera sustituida por los garabatos de sucios chimpancés.


Dios y la Patria lo tengan en su gloria

El Reverso Tenebroso de Prusia


Hoy en día las personas cuando piensan en Prusia sólo se imaginan un lugar repleto de alegrías, donde todos los días son sábados, y las bodegas están repletas de grandes barriles de como mínimo un buen ron velero 25 años. Lo que no saben es que en una época remota, este entrañable paraíso estuvo dominado por los Sith.

Los Sith encontraron en Prusia el sitio idóneo para hacer lo que mas les gusta: salir los sábados, no estudiar, mandar a paseo las enseñanzas de Samuel L. Jackson, pulular en paños menores después de un duro duelo a navocho láser... en fin, la buena vida.

El momento álgido de este periodo es cuando el mismísimo emperador, con su fiel compañero de aventuras Darh Vader, fueron a la célebre competición de mus (al estilo de Prusia) que se organiza justo después de la semana del psicotrópico. A esta semana solo sobreviven las personas mas puristas, y justo al terminar se organiza un "tablao flamenco" para festejar por su supervivencia.

Por ahora se sabe poco más sobre las costumbres tribales de estos individuos, ya que tras la desaparición de la tercera estrella de la muerte por parte de Jesucristo, esta gran nación fue perdiendo poco a poco importancia y los sith fueron cediendo el poder. Aún así, hoy día todavía se sospecha de algunos altos mandos por tenencia ilícita de sables láser, por lo que la herencia sigue viva...